Una fría noche de enero, ahí empezó mis andaduras como costalero, el sótano de la gloria no creí que sería tan importante, pero me equivoque por suerte, y doy gracias a dios por haberme escogido, me siento un privilegiado por estar junto a él todos los jueves santos, me han dado la oportunidad de expresarme en este rincón y allí voy.
Como decía una noche fría de enero llegue al primer ensayo de mi vida, demasiado tímido, demasiado torpe, demasiado nervioso, pero claro está nadie nace sabiendo y yo no iba a ser menos. Mi capataz y ahora amigo Manuel María López Arcas el sastre de este sótano, me “igualó” y me pusieron el costal, al final de esa noche dije que jamás me separaría de mi costal, una de las noches más bonitas que he tenido nunca, después de 5 años como costaleros mis andares de robot se ha convertido en un andar con elegancia, con “vacileo” y con mucho “roneo”, mis levantás de pies planos se han convertido en un puntillazo en el cielo, y el costal se me ha convertido en un veneno a veces bueno a veces malo, digo malo porque el veneno a veces me come por dentro, y ansío saborear el anís mezclado con agua que nos trae el del botijo, ansío oler ese aroma a incienso, ansío notar esa gota de sudor bajando por mi cara, ansío oír unas notas aflamencadas de la banda, y cómo no!!! ansío ver mis imágenes por las calles de mi Algeciras, siento esto con los 5 sentidos, ya que llegara el día que abandone estos palos, por eso intento quedarme con cada uno de los detalles de este mundo.
Digo bueno porque se desconecta del otro mundo, cuando la gente ve dar un izquierdo yo soy el privilegiado que da ese paso de dios, cuando la gente mira yo siento, cuando la gente aplaude yo lloro, y el año pasado me otorgaron el sueño más grande para un costalero, poder darle imaginación a una marcha, poder animar a toda una cuadrilla de costaleros, y con esos ánimos darles permiso para que puedan “morder las trabajaderas”, para que cada patero talle su nombre en las patas después de una revirá, para que cada costero clave el talón en el suelo, para que cada centímetro de madera del barco cruja. Un rayo de sol que entra por el tallado, ese rayo de luz marcado por motas de polvo y producido por un racheo limpio de alpargatas negras, ¡un vaivén de alpargatas!, un monte de cabezas resguardadas por costales, al irse el sol llega la luna dibujando un bonito destello que aparece bajo el faldón, donde la oscuridad de este sótano se apodera de nosotros para borrar las caras de cansancio y a la vez alegría, esas son las imágenes que me dejan cada momento en los jueves santo, y como ya veis el veneno del costal siempre está por encima de lo malo.
Desde el primer día que te vi supe que eras especial, la primera vez que bese tu mano no fue como a las demás, y en tu mundo de silencio aprendimos a entendernos, para mí no me hacen faltan las palabras ni las letras si se decirte te amo con miradas, “Trini” háblame que se entere todo el mundo que tú me hablas con los ojos y me quieres con el corazón.
Se me nublaron los ojos escribiendo eso, me alegra ver que ella es portada por nuestras “niñas” porque de lo contrario no sabría qué hacer, por un lado mi Cristo y por otro mi virgen, pero me encantaría meterme en esos palos para enseñarle todo el cariño que le tengo guardado para ella, porque no tengo otra forma de expresarme para ellos si no es con un costal en la cabeza, espero algún día poder llevarla en mi cervical, para el 25 aniversario tal vez, si mi salud me lo permite y la junta de gobierno esté de acuerdo en hacer una cuadrilla mixta.
Una noche de verano con el cielo estrellado, pensé en ti y en lo que daría por tenerte a mi lado, te bajaría una de las más bonitas estrellas, por qué haría cualquier cosa para la flor más bella, no quiero imaginar si algún día te vas, no resistiría al dolor al saber que no tendría más de tu amor, no querré aceptar la realidad como se lo explicaría al corazón, no resistiría al dolor no querré vivir así ¡!No!!. Dime que haría sin ti, no quiero pensar que te irás, y si decides irte por favor no me olvides, porque mi corazón te pide que te quedes junto a mí, si te vas deja la puerta abierta para salir detrás de ti, porque tú eres quien borra mis actos, tu eres quien pasa la mano cuando me tiendo a equivocar, tu cuidas mis pasos, y me pones el hombro para llorar.
Me bautizaron mis padres de muy chico, pero volví a bautizarme la primera vez que pise Millán Picazo con quilos en mi espalda, y ha muchos de ellos también le pasaron lo mismo, en este caso fue ni más ni menos que el gran Paco Sainz quien me dio la bendición, y dijo bienvenidos a la cuadrilla de los locos, y desde entonces me considero todo un costalero desde la cabeza a los pies, hasta 4 hombres por palos y mi cuadrilla empujando como locos, desde la primera “los largos”, pasando por los de en medio “los taquitos de jamón”, hasta la trasera “el motor del barco”. Que orgulloso de mi trasera, que arte hay ahí atrás, que buen rollo tiene la trasera de este sótano, que cumulo de cosas se amontonan ahí detrás, que bien me acogieron todos cuando me cambiaron de palo, espero durar mucho tiempo en esa trasera, porque esa trasera no los cambio ni por la cuadrilla entera de san Gonzalo.
Aún diciendo todo esto que he dicho me queda una espina muy grande clavada, pero jamás podre explicarlo con palabras eso se demuestra cada jueves santo, porque no hay palabras para decir cómo me siento cada jueves, si de verdad quieren saber lo que se siente, unte a esta cuadrilla de locos, y ya me dirás si mereció la pena o no, sin más me quiero despedir con un GRACIAS a todos por dejarme robar 5 minuto de vuestras vidas, un cordial saludo de un loco por el costal.
Amor se escribe con t y por algo será… Tres caídas y Trinidad…
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